miércoles, 30 de abril de 2008

Ya descansa en paz...

Mario Acosta se levantó aquel día con la única intención de olvidar sus problemas. Fue a trabajar como cualquier otro día con la sola compañía de sus pensamientos contradictorios...

Salió de trabajar y entró en el bar. Entró solo, sus problemas le esperaban en la mesa de siempre: lejos de la barra y de las ventanas a la calle. El rincón más oscuro de aquel bar, oscuro ya de por sí.

Encendió un cigarro y pidió una copa, sus problemas le miraban desde el otro lado de la sucia mesa... Un juego de miradas molesto que evitaba encendiendo un cigarro tras otro. Otra copa más.

Fueron dos copas, pidió la tercera y encendió el enésimo cigarrillo. Sus problemas se iban difuminando, su compañía en aquel triste rincón se hacía cada vez más difusa. Pidió la cuarta, la quinta y la sexta. Sus problemas desaparecían poco a poco pero seguían allí, intimidándolo con la mirada.

Mario Acosta tuvo sexo aquella noche con hombres y mujeres: no le importaba. Sólo quería olvidarse de sus problemas. Pagó por cuerpos ajenos con la única intención de ahogar sus problemas en el sudor de un desconocido.

Mala vida, decían sus conocidos. Buena táctica, se decía Mario a si mismo.

Fumaba, bebía y follaba... Sus problemas le seguían a cierta distancia por la calle...

Fumaba, bebía y follaba... Mala vida. Buena táctica...

Mario Acosta ya no tiene problemas, se olvidó de ellos. Ahora descansa en paz en su caja de pino.

3 comentarios:

Menelwen dijo...

Sip, de Marta López, jeje.

Me encantan los relatos cortos.

Anónimo dijo...

POR FAVOR DANI DIME QUE ESTE NO ES EL FINAL.LO HE LEIDO SIN QUERER.BULY

Anónimo dijo...

no contestas los comentarios? yo