miércoles, 26 de noviembre de 2008

La felicidad es pequeña e insignificante...

La felicidad no reside en grandes cosas, ni en pequeñas cosas...

La felicidad es saber apreciar las cosas pequeñas, valorar los momentos insignificantes de cada día.

Cuando se sabe valorar todo eso, sacarle el jugo y disfrutarlo, se comienza a ser feliz...

¿Y qué es más "insignificante" y "pequeño" que las personas que nos rodean?


Tú me haces feliz porque eres "insignificante" y "pequeño"...


domingo, 23 de noviembre de 2008

Una elección equivocada

Quizás no cogí una elección buena... Cogí la menos mala de ellas: el AZAR.

Es propio del ser humano el tomar decisiones, los momentos de duda y la elección de un camino u otro.Tomar el camino de la derecha o el de la izquierda; algunos seguirán todo recto temiendo errar en la decisión, acabando perdidos en un terreno pantanoso.

Llega el momento de decidir en qué y cómo creer. Si olvidar lo que nos enseñaron, lo que nos ofrecieron u obligaron a tener e fe, o seguir adelante con antiguas creencias a la espalda.

Algunos desde muy temprano lo tienen claro, otros tardan una eternidad y la mayoría nunca se lo plantean.

Es costumbre en nuestros tiempos el trazar el camino de n8uestro vástagos. educarlos a nuestro gusto y forzarlos a vivir como nosotros. Temiendo quizás descubrir otras formas mejores y que nuestro mundo se quede sin sentido...

En algo tan personal como la fe sería bueno elegir. Ser nosotros mismos y no otros que elija a que dios rezar. Algunos creen en dioses casi prehistóricos, funda ciudades en su nombre y reúnen inmensas riquezas para así adorarlos. Otros olvidan la institución en sí y se quedan con un mensaje, la mayoría de las veces tergiversado, o con un hombre piadoso a descompás con su historia... Algunos son incluso capaces de matar a sus semejantes por su dios, renunciar a su vida animal por él o adorar su cuerpo.

Y esto no es una cosa de hace pocos días. El hombre, desde que es hombre, necesitó la existencia de un ser superior a quién atribuir lo que desconocía...

Pero ¿y ahora? Tenemos algoritmos, fórmulas matemáticas y tratados genéticos para eso ¿Por qué seguimos creyendo?
¿Por sentirnos dignos?, ¿para convencernos de que no somos simple materia expuestos a reacciones químicas? ¿Para sentirnos especiales?

¿Para explicar el Origen? Es muy fácil, hagan la prueba: metan en una bolsa trozos de papel con letras escritas, remuevan la bolsa y tiren los papeles al suelo, ¿hay alguna posibilidad de que tengan ante vuestros ojos algún párrafo de El Quijote?

Fdo: Un hereje del s. XXI

viernes, 7 de noviembre de 2008

Estaba prohibido...

Aquí me sentaba cuando nos estaba prohibido. Tú no estabas, pero sé que querías estar. Aún en la distancia, tus palabras eran cercanas.

El alboroto de los niños se mezclaba con tus latidos. El olor a otoño se diluía en tu cuello y el sabor… el sabor desconocido de tus labios desaparecía en la hojarasca.

Aquí me sentaba tarde tras tarde, a escondidas, para que nadie nos viera. Escondiéndonos entre el frío metal del banco. Tú no estabas conmigo, pero te sentía allí, sentía tus brazos rodeándome.

Aquí me sentaba cuando nos estaba prohibido estar juntos. Prohibición que nosotros mismos nos impusimos. Prohibición que yo impuse.

Ahora el banco está solo, nadie se ha vuelto a sentar, yo tampoco… Hoy he pasado por allí, cuando ya todo se había perdido.

Quise sentarme pero algo me dijo que no… ¿Para qué? Ahora toca olvidar, dejar atrás las absurdas prohibiciones y aprender de ellas.

Ahora toca olvidar el banco donde me sentaba cuando nos estaba prohibido, al banco… a ti no. No creo que pueda.

sábado, 1 de noviembre de 2008

Pañuelo

Te escondes bajo la seda, temes mostrar la verdad...

Te agarras al pasado, huyes del presente y no piensas en el futuro. Mejor que no...

Pero todo se sabe, ¡tú mismo lo sabes!

Tus cejas pintadas, tus pestañas de carmín lo dicen todo...

Tan pronto te dicen hola, como dices adiós.