Quizás no cogí una elección buena... Cogí la menos mala de ellas: el AZAR.
Es propio del ser humano el tomar decisiones, los momentos de duda y la elección de un camino u otro.Tomar el camino de la derecha o el de la izquierda; algunos seguirán todo recto temiendo errar en la decisión, acabando perdidos en un terreno pantanoso.
Llega el momento de decidir en qué y cómo creer. Si olvidar lo que nos enseñaron, lo que nos ofrecieron u obligaron a tener e fe, o seguir adelante con antiguas creencias a la espalda.
Algunos desde muy temprano lo tienen claro, otros tardan una eternidad y la mayoría nunca se lo plantean.
Es costumbre en nuestros tiempos el trazar el camino de n8uestro vástagos. educarlos a nuestro gusto y forzarlos a vivir como nosotros. Temiendo quizás descubrir otras formas mejores y que nuestro mundo se quede sin sentido...
En algo tan personal como la fe sería bueno elegir. Ser nosotros mismos y no otros que elija a que dios rezar. Algunos creen en dioses casi prehistóricos, funda ciudades en su nombre y reúnen inmensas riquezas para así adorarlos. Otros olvidan la institución en sí y se quedan con un mensaje, la mayoría de las veces tergiversado, o con un hombre piadoso a descompás con su historia... Algunos son incluso capaces de matar a sus semejantes por su dios, renunciar a su vida animal por él o adorar su cuerpo.
Y esto no es una cosa de hace pocos días. El hombre, desde que es hombre, necesitó la existencia de un ser superior a quién atribuir lo que desconocía...
Pero ¿y ahora? Tenemos algoritmos, fórmulas matemáticas y tratados genéticos para eso ¿Por qué seguimos creyendo?
¿Por sentirnos dignos?, ¿para convencernos de que no somos simple materia expuestos a reacciones químicas? ¿Para sentirnos especiales?
¿Para explicar el Origen? Es muy fácil, hagan la prueba: metan en una bolsa trozos de papel con letras escritas, remuevan la bolsa y tiren los papeles al suelo, ¿hay alguna posibilidad de que tengan ante vuestros ojos algún párrafo de El Quijote?
Es propio del ser humano el tomar decisiones, los momentos de duda y la elección de un camino u otro.Tomar el camino de la derecha o el de la izquierda; algunos seguirán todo recto temiendo errar en la decisión, acabando perdidos en un terreno pantanoso.
Llega el momento de decidir en qué y cómo creer. Si olvidar lo que nos enseñaron, lo que nos ofrecieron u obligaron a tener e fe, o seguir adelante con antiguas creencias a la espalda.
Algunos desde muy temprano lo tienen claro, otros tardan una eternidad y la mayoría nunca se lo plantean.
Es costumbre en nuestros tiempos el trazar el camino de n8uestro vástagos. educarlos a nuestro gusto y forzarlos a vivir como nosotros. Temiendo quizás descubrir otras formas mejores y que nuestro mundo se quede sin sentido...
En algo tan personal como la fe sería bueno elegir. Ser nosotros mismos y no otros que elija a que dios rezar. Algunos creen en dioses casi prehistóricos, funda ciudades en su nombre y reúnen inmensas riquezas para así adorarlos. Otros olvidan la institución en sí y se quedan con un mensaje, la mayoría de las veces tergiversado, o con un hombre piadoso a descompás con su historia... Algunos son incluso capaces de matar a sus semejantes por su dios, renunciar a su vida animal por él o adorar su cuerpo.
Y esto no es una cosa de hace pocos días. El hombre, desde que es hombre, necesitó la existencia de un ser superior a quién atribuir lo que desconocía...
Pero ¿y ahora? Tenemos algoritmos, fórmulas matemáticas y tratados genéticos para eso ¿Por qué seguimos creyendo?
¿Por sentirnos dignos?, ¿para convencernos de que no somos simple materia expuestos a reacciones químicas? ¿Para sentirnos especiales?
¿Para explicar el Origen? Es muy fácil, hagan la prueba: metan en una bolsa trozos de papel con letras escritas, remuevan la bolsa y tiren los papeles al suelo, ¿hay alguna posibilidad de que tengan ante vuestros ojos algún párrafo de El Quijote?
Fdo: Un hereje del s. XXI
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